En su libro «Una mente liberada: La guía esencial de la Terapia de Aceptación y Compromiso» (2019), Steven C. Hayes, co-fundador de esta terapia, establece que todos los seres humanos compartimos básicamente seis anhelos fundamentales, que son: sentido de pertenencia y conexión con los demás, necesidad de coherencia, comprensión y predictibilidad, necesidad de sentir, necesidad de orientación, necesidad de sentido y dirección y necesidad de competencia.
Cada una de estas seis necesidades, según Hayes, puede cubrirse de forma que consigamos lo que estamos buscando (de forma «adaptativa», por tanto), o de forma que realmente nos aleje de nuestro objetivo (y, por tanto, de forma «desadaptativa»).
En relación con la necesidad de pertenencia y conexión, la forma desadaptativa de satisfacer esta necesidad tiene en su núcleo el deseo de «ser especial», para lo cual las personas nos aferramos a una historia en particular sobre nosotros mismos, y nos comparamos constantemente con las demás. Esto nos lleva a lo que Hayes denomina el «yo conceptualizado» que, realmente, nos aleja de los demás y nos hace sentir solos. Como alternativa, Hayes propone satisfacer esta necesidad desde una perspectiva más amplia: la del «yo contexto», que es esa parte de nosotros en la que reside nuestra consciencia, y desde la que percibimos todo lo demás, incluyendo nuestros pensamientos, sentimientos e historias sobre nosotros mismos. Acceder a esta parte del yo, que pone el foco en nuestra consciencia, nos permite observar con perspectiva nuestras historias sobre nosotros mismos, así como nuestros pensamientos y sentimientos, y conectar con los demás de forma más auténtica y profunda, como seres completos y conscientes.
En relación con la necesidad de coherencia, entendimiento y predictibilidad, muchas veces tratamos de imponer un «falso orden» en nuestras vidas, donde todo tenga sentido y este «colocado», cuando bien sabemos que la realidad está muchas veces lejos de ser «ordenada y comprensible» en estos términos, en particular en lo que a nuestros pensamientos y sentimientos se refiere. Esta necesidad nos lleva en ocasiones a concebir nuestra vida como «un problema que hay que solucionar», y buscamos «estar en lo cierto» y «tener razón» a toda costa. El resultado de todo esto es una desconexión con las cosas tal y como se presentan realmente en la vida, y una tendencia cada vez más acusada a solucionar todo «desde la cabeza», incluso cuando esto no funciona. Como alternativa, Hayes propone buscar un sentido de las cosas que «le funcione» a cada uno de nosotros, probando diferentes comportamientos y asunciones, y viendo cuales me «funcionan mejor» para lo que yo quiero conseguir en la vida. Es salir del «tener razón/ estar en la verdad» para adentrarse en «la verdad que a mí me funciona para conseguir las cosas que son importantes para mí».
Por último, os hablare en este post de la necesidad de sentir. Como dice Hayes, «no hay ningún sentimiento que las personas no paguemos para que nos lo provoquen». Y así es, vamos al cine a ver películas de terror, dramas… o nos subimos a montañas rusas para sentir una descarga de adrenalina. El problema surge cuando nos centramos en sentir sólo algunas emociones, las que consideramos «positivas», y nos empeñamos en deshacernos del dolor y la incomodidad a cualquier precio. Comenzamos evitando los sentimientos «negativos», pero esto nos lleva, a la larga, a evitar todos los sentimientos, lo que produce una sensación de desconexión con nuestro cuerpo y, a la postre, la disfunción emocional. Como alternativa adaptativa, Hayes propone abrirse a todas nuestras emociones y conectarnos con nuestras sensaciones corporales. Las emociones son, al fin y al cabo, una valiosísima fuente información para nosotros. Una vez extraída la «lección» que viene con el dolor y el discomfort, Hayes propone no atascarse con ellos, y seguir adelante, estando dispuesto a sentir, saborear y participar de lo que la vida nos traiga en cada momento. Poniendo el énfasis en SENTIR, no en sentirse BIEN.
En conclusión, desde la perspectiva de la ACT, todos los seres humanos compartimos una serie de anhelos básicos, que pueden ser satisfechos de una forma adaptativa o desadaptativa. La clave es reconocer cuando estamos atrapados en alguna de estas formas no adaptativas de colmar nuestras necesidades, y movernos hacia formas más eficaces de conseguir lo que deseamos.
En el próximo post, os hablaré de las necesidades de orientación, sentido y dirección y competencia.