
Trabajo desde el enfoque “contextual”, en particular, estoy especializada en la Terapia de Aceptación y Compromiso, perteneciente a la denominada “tercera generación” de terapias cognitivo-conductuales. También incorporo en mi trabajo elementos de otras terapias contextuales, como la Psicoterapia Analítico Funcional, la Terapia Focalizada en la Compasión y técnicas mindfulness.
Aunque pertenecientes a la tradición cognitivo-conductual, las terapias contextuales tienen un marco conceptual diferente (más alejado del modelo biomédico) e incorporan influencias de otras tradiciones como el mindfulness, así como principios y técnicas de la psicología humanista y existencialista.
Para la ACT, todas las personas tenemos potencial para llevar una vida con propósito y significado. Pero a veces, las cosas que hacemos para evitar el sufrimiento, que se considera inevitable, pueden limitar nuestra vida, centrándola en nuestros problemas, en vez de en las cosas que nos importan y hacen que la vida merezca la pena.
La Terapia de Aceptación y Compromiso está concebida como un proceso breve, activo y transformador, y sus resultados son apreciables a partir de unas 8 o 10 sesiones, si bien cada caso es diferente.